En el comienzo del Tridium de Semana Santa, una ceremonia tradicional cristiana merece ser observada: Tenebræ, el ‘Oficio de las tinieblas’, que prepara con oraciones y cantos especiales cada celebración del Jueves, Viernes y Sábado Santos.
Tenebræ significa oscuridad, y el oficio católico romano consiste en varias lecturas, salmos, oraciones, cantos y en la extinción gradual de catorce de las quince velas que se disponen previamente en un candelabro especial, de forma triangular, hasta terminar la ceremonia con un sonido fuerte, un ‘estrépito’ en el templo a oscuras. Toda la ceremonia tiene un importante simbolismo de la pasión y muerte de Jesucristo, de los apóstoles que le van abandonando en sus últimas horas, de la oscuridad que queda tras expiración, de la preparación personal, incluyendo el examen de consciencia, durante los últimos tres días de la Semana Santa, en espera la luz del Domingo de Resurrección.
La vela que no se apaga se deja fuera de la vista, y simboliza a Cristo. El sonido fuerte, producido generalmente golpeando uno de los bancos de la iglesia, puede haber tenido en el pasado la intención de señalar a los fieles el momento de partida. La ceremonia tiene una larga historia que puede datarse en el primer milenio, y tradicionalmente hacía parte de la Liturgia de las Horas para los maitines y laudes de Miércoles, Jueves y Viernes Santos, con modificaciones a través de los siglos, particularmente en el siglo XX, con las reformas del papa Pío XII en 1955, las posteriores en el año 1962 y las del Concilio Vaticano II, que terminó apartando el rito como no oficial.
Actualmente, en diversas parroquias se puede encontrar una versión acortada y diferente de la ceremonia, por ejemplo con lecturas y meditaciones de las Estaciones del Viacrucis. No obstante, como está sucediendo con otras tradiciones auténticas de la Iglesia, distintas generaciones de fieles, así como de sacerdotes, están renovando el interés en este antiquísimo e importante oficio que, además, incluye varias piezas particularmente sublimes y melancólicas de la música sagrada, inspiradas en el texto de las ‘Lamentaciones de Jeremías‘.
Uno de las piezas más tradicionales para el oficio de Tenebræ es ‘Miserere mei, Deus’ (Ten piedad de mí, Señor), el canto del Salmo 51, compuesto por el músico italiano Gregorio Allegri, alrededor del año 1638, inicialmente para la interpretación exclusiva en la Capilla Sixtina durante los oficios de Semana Santa. Una excelente versión en el siglo XXI se puede apreciar en esta grabación del año 2018 con el reconocido ensamble vocal inglés Tenebrae Choir, bajo la dirección de Nigel Short, en la iglesia de San Bartolomé el Grande, en Londres.
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