Francisco y los otros maestros

Francisco y los otros maestros
Caravaggio, S. Francisco en éxtasis c.1595 ©Wadsworth Atheneum Museum/ Allen Phillips
Mesa Editorial / July 14, 2023
  • Los estudios de historiadores del arte estiman que unas 20.000 imágenes se produjeron en los primeros cien años tras la muerte de Francisco, sin contar las iluminaciones en manuscritos. La exposición Francisco de Asís, actualmente en la National Gallery de Londres, dirige la atención a algunas obras maestras de la pintura que han contribuido a crear una imagen de la figura y el legado del Santo a lo largo de ocho siglos de historia.

    Sandro Botticelli, San Francisco con ángeles, 1475-80 ©National Gallery

    La exposición incluye un grupo de retablos medievales cuya antigüedad y técnica son realmente notables. Se encuentran, además, obras de grandes maestros, como las escenas pintadas por Giotto y sus colaboradores. El pintor tuvo relaciones amplias y profundas con la Orden y, los curadores lo llaman el creador “de facto de la imagen de San Francisco”. Su altar Estigmatización, realizado para la iglesia consagrada al Santo de Asís en la ciudad de Pisa, y que hoy hace parte de la colección del museo del Louvre en París, es una de las obras que son consideradas canónicas internacionalmente.

    Zurbarán, Francisco en meditación, 1635-9 ©The National Gallery

    A su manera, artistas de distintos tiempos han plasmado brillantemente la imagen de Francisco taumaturgo, escenificando sus milagros en vida y tras su muerte. Igualmente se destacan las célebres pinturas de Botticelli, un joven Caravaggio, así como Jusepe de Ribera y las obras monumentales de los españoles el Greco, Murillo o Francisco de Zurbarán, considerados entre los intérpretes artísticos  por excelencia de la imagen del Santo en la época de la Contrarreforma católica.

    El acento, en dicho periodo, está puesto en su conformidad con Cristo, con Francisco vistiendo a menudo el hábito de los Capuchinos. Aquí, describe Gabriele Finaldi, co-curador de la exposición, el Santo aparece “introspectivo, orante, en comunicación directa con Dios, experimentando la consolación divina, algunas veces con un acompañamiento musical”. Poderosas representaciones de Francisco en éxtasis místico y consolación divina también son incluidas en la muestra, invitando a una poderosa meditación sobre la santidad del hombre que vivió, en carne propia, el sufrimiento de Crucificado.