Con este mensaje partieron los asistentes, algunos de nuevo a la parroquia y otros a sus trabajos, mientras algunas personas que pasaban por allí casualmente de pronto miraban sin saber muy bien qué estaba pasando. Algunos se detenían, tomaban fotos con sus teléfonos celulares y seguían. Otros miraban de reojo sin querer ser vistos del todo. Algunos que iban trotando, apenas se tomaban cuenta.
Quizá para muchos de ellos la Navidad es algo de dos días que terminó el mes pasado. Para los cristianos tradicionales, ortodoxos y católicos, las ceremonias de Epifanía y Teofanía han dado paso a la temporada de bendecir las casas y alistar el agua bendita para uso familiar, así como para las liturgias, cantos propios y festejos que continuarán hasta el periodo de preparación para Cuaresma. A pesar de las discrepancias de calendarios juliano y gregoriano, la celebración ortodoxa de la Teofanía recuerda a todos los cristianos el profundo significado de esta antiquísima celebración originada en tiempos apostólicos.