Judíos y Cristianos en la Venecia del Renacimiento

Judíos y Cristianos en la Venecia del Renacimiento
©Bloomsbury Continuum
Mesa Editorial / April 1, 2024
  • Bajo el imponente techo gótico arqueado de la Divinity School de la Biblioteca Bodleiana, el historiador Harry Freedman hizo la presentación de su libro Shylock’s Venice – The Remarkable History of Venice’s Jews and the Ghetto   (Bloomsbury, 2024) en el Festival Literario de Oxford 2024. Un viaje histórico y literario, entre realidad y ficción. Un viaje que cruza límites, traza puentes a la Inglaterra Isabelina y que muestra otras facetas y personajes del Renacimiento que compartieron cristianos y judíos en la inacabable Venecia.

    El señor Freedman es un autor con una trayectoria cerca y lejos de libros: ha tenido un restaurante, compañías de propiedad raíz, construcción, atención médica y consultoría. Ha trabajado en el sector de voluntariado y últimamente se dedica también a labores de consejería tipo coaching profesional. Además de esto, en palabras de su editorial, “el escritor británico líder en obras populares de historia y cultura judía”. Ha publicado, entre otros, libros sobre las fuentes místicas de inspiración del cantante canadiense Leonard Cohen, sobre la vida del controvertido rabino Louis Jacobs, sobre la Cábala, sobre violencia y traducciones en debate de la Biblia, una biografía del Talmud, sobre Jesús y el Santo Grial y tiene estudios en psicología, filosofía y lenguaje arameo.

    Con una investigación abundante detrás, Freedman empezó hablando de la llegada de los judíos a Venecia, en donde empezaron a tener una presencia importante a partir del siglo XIV, cuando varias comunidades se establecieron en otras ciudades italianas como Verona y Milán, escapando de acosos en el norte de Europa. El primer ghetto de Venecia se fundó en 1516. De hecho, el término proviene de allí mismo: Ghetto, una zona dentro del barrio de Cannaregio en donde se obligó a residir a los judíos habitantes de la ciudad.

    En español gueto se define actualmente como un espacio de confinamiento de la “judería marginada”. Freedman, que tiene su extensa investigación en el tema, muestra cómo, para aquella época, y hasta la conquista de Napoleón en 1787, la vida dentro del ghetto tenía una intensa actividad, económica, cultural, social. Es cierto que había restricciones y muros, prejuicios, recelos y una clara diferencia de creencias, pero también un flujo continuo de intercambios que hicieron que tanto judíos como cristianos compartieran mucho del camino hacia la primera Modernidad en la Serenísima República.

    Aquí, la imagen de Shylock en el Mercader de Venecia de Shakespeare, le sirve a Freedman como referencia para argumentar que el retrato de ese personaje judío tiene mucho más que ver con sentimientos Isabelinos [contra los judíos] que con la realidad más variada de Venecia para aquella época. En esa realidad, el aspecto económico era uno crucial, por supuesto, pero explica el autor, es cierto que los judíos eran prestamistas -actividad prohibida para cristianos-, no obstante los venecianos “han sido siempre gente hábil y pragmática, así que si era necesario, acudían a quienes podían tener dinero a la mano y los negocios de los judíos funcionaban más como prenderías”.

    Freedman habló también de dos individuos importantes en la vida dentro y fuera del ghetto veneciano: León Módena y Sarra Copia Sulam. El primero fue un hombre polifacético, rabino, cantor, predicador, profesor, escritor, poeta, aficionado al juego (más de la cuenta) que entre páginas, confesiones y muchas polémicas con conocidos y extraños, se convirtió en uno de los nombres más importantes de las relaciones judeo-cristianas entre el siglo XVI y XVII, como se puede leer con detalle en Biblioteca Virtual Judía. Entre sus extensas publicaciones, Riti Ebraici (Ritos Hebraicos) la descripción sobre el judaísmo escrita por un judío para el rey Jacobo I de Inglaterra, reproducida en múltiples ocasiones.

    Sarra Copia Sullam, por su parte, fue la autora de un Manifiesto que es el documento insigne de su vida como pensadora, poetisa, mujer de ideas y polémica que mantuvo una correspondencia importante con importantes hombres de su época, como el monje y poeta también Ansaldo Cebà y el sacerdote, profesor e igualmente poeta Baldassae Bonifaccio, precisamente fue contra él, sobre el tema de la inmortalidad del alma que ella escribió su Manifiesto. León Modena le dedicó una obra consignando las actividades de ella en la cultura veneciana (más sobre ella en la Enciclopedia de Mujeres Judías, artículo de Howard Tzvi Adelman).

    Se sigue escribiendo mucho sobre Venecia, y este año en el Festival Literario de Oxford, este libro de Harry Freedman aporta otra parte al enorme tejido histórico, cultural y religioso de la Serenissima, que el pasado 25 de marzo 2024 cumplió 1602 de fundada.