Días de té y azucenas

Tea House Theatre (cuyo lema es “Donde hay té hay esperanza”), comenzó como iniciativa hace trece años de un grupo de actores dramáticos para tener un local estable de trabajo. Decidieron tener la tetería como algo anexo pero con el tiempo ésta ha crecido y actualmente hacen más té que teatro.

El menú incluye clásicos británicos como el tradicional té a la crema con scones: panes horneados que se sirven con crema y conservas, éstas últimas preparadas por ellos mismos, así como las salsas que acompañan otros platos. La decorada carta dedica unas páginas para entender las distintas características de los tipos de té y también un glosario de la bebida: del apetecible té ‘ladrillo’ con sabor vivaz hecho con hojas bien fermentadas y cocidas hasta el nada apetecible ‘té sudoroso’, que se ha dañado y sabe a vinagre.

Entre las recientes adiciones a la carta: un té morado de Kenya, que combina las propiedades de la bebida tradicional con las de frutos que producen un fortalecedor efecto de sabor y salud. ¿Por qué no venden café? Porque la delicadeza que exige el té en su infusión y disfrute sería opacada por la fuerza de la cafeína, así que los dueños se han decantado por el primero. También los diferencia su política ‘cash-friendly’: descuento a quienes paguen en efectivo.

Con una clientela muy variada, sin televisores, y solamente con música clásica en el radio, el ambiente inspira a conversar, leer y apreciar con calma, y volver a descubrir el encanto de un té preparado como tiene que ser, sin afectaciones a la antigua ni pretensiones modernistas estilo ‘hipster’. De forma auténtica y con la tetera enfundada en la cubierta tejida de lana (la ‘tea cozy’) tradicional para que no se enfríe: un aporte poco famoso pero crucial que las señoras británicas han hecho al resto del mundo.