En la Catedral se encuentran varias imágenes de la Santa. La Capilla es particularmente bonita, realza la devoción tan antigua a la Santa, sobre la cual existen registros desde el siglo V.
Actualmente, cada primer domingo de mayo, la ciudad hace otra procesión para recordar con la Santa los eventos milagrosos de 1646, cuando Siracusa, como Palermo, sufrían un periodo de hambruna en tiempos de la dominación española. La tradición dice que el 13 de mayo de ese año, estando los fieles congregados en Misa en la Catedral de Ortigia (el centro histórico antiguo de Siracusa) una codorniz pasó volando. En ese momento, entró un mensajero a la iglesia anunciando el arribo de barcos cargados con granos de harina. (El nombre Ortigia, a propósito, viene del griego ortyx que significa codorniz).
El anuncio fue recibido como un milagro y, en agradecimiento, la costumbre en Siracusa es prepararse para la Fiesta del 13 de diciembre absteniéndose de comer pasta y consumiendo únicamente trigo de grano no molido en un plato especial llamado cuccia. La versión de cuccia dulce con naranja es una receta tradicional por las fiestas, e incluye canela y miel.
De diversas maneras, fieles de muchos otros lugares del mundo observan estas fechas. Es la señal de la importancia de este culto antiguo que continúa iluminando los días de diciembre a los fieles que honran la memoria de la joven mártir siracusana con todo el simbolismo asociado a su nombre: luz.