Arte, jardines, té (y quizá algún espía) en Vauxhall

Arte, jardines, té (y quizá algún espía) en Vauxhall
Escultura 'Jeté', Enzo Plazzotta, Londres ©El Exquisito
Lina María Aguirre Jaramillo / April 16, 2024
  • Para quienes viven en Londres, Vauxhall puede ser sinónimo del enorme edificio que es la sede de una de las Agencias de Inteligencia del gobierno de Su Majestad. Para los cinéfilos seguidores de James Bond, el inconfundible puente y tramo del Tamésis en donde tantas batallas ha librado su héroe. De otro lado, para algunas personas el nombre puede traer a la mente únicamente una marca de automóviles. Para otros, un refugio victoriano en el siglo XXI. Si usted tiene unas horas disponibles, una recomendación es emprender el camino al sur desde Westminster y llegar por la ribera del Támesis hasta el puente de Vauxhall para ver Londres de otra manera.

    Sea dicho de una vez que la arquitectura alrededor puede ser desconcertante. El enorme edificio de la agencia MI6, los Servicios Secretos de Inteligencia del gobierno británico no pasa desapercibido, y no necesariamente porque genere unánime aplauso. Para algunos, puede parecer mucho más neoyorkino que londinense. Además, alrededor parece una combinación de zona de dragado y construcción, con los fosos, la cerca y las muchas cámaras circundando. Edificio y vigilancia omnipresentes.

    Y por ese mismo costado, muchos edificios modernos, mezcla se oficinas y apartamentos, compiten por el espacio, oscurecen el paseo ribereño y parecen muchos y muy altos comprados con las edificaciones tradicionales del sector. La estación ferroviaria y metro (Tube) está al pie, pero se confunden un poco entre con la muralla de edificaciones.

    Vauxhall, Londres ©El Exquisito

    Es entendible que se lamente la invasión arquitectónica de los bancos del Támesis, y desde el puente de Vauxhall se ve claramente el contraste del nuevo y viejo Londres que de todas maneras se asoma, aunque se vea empequeñecido, con las antiguas torres de Westminster a lo lejos.

    Vista hacia Westminster desde Vauxhall, Londres ©El Exquisito

    Y ya dicho todo lo anterior, interesantes renovaciones en armonía con el espacio se encuentran insospechadamente en la zona. En el Embarcadero Albert, con los trenes yendo y viniendo, se distingue un negocio portugués, Madeira, que tiene un supermercado y restaurante, todo con ese sello delicioso de comida del otro gran país ibérico: bacalao, ensaladas, arroz, papas, vino verdhe y por supuesto, sardinas. Esto, entre buen café y pasteles de nata auténticos.

    Así mismo, una restauración de una vieja edificación muestra una buena combinación de elementos que incluyen ahora mucha vegetación y ventanas disparejas en medio de la zona verde.

    Vauxhall Gardens, Londres ©El Exquisito

    Arte se encuentra en muchas partes de Londres, y en esta zona específicamente se encuentra la Tate Britain, la galería de arte que aloja la mayor colección de arte británico, incluyendo la mayor parte de la obra de Turner. (La Tate Modern, que patina con frecuencia más hacia cierta vacuidad contemporánea, se ubica río abajo). Pero siendo esta ciudad Londres, los caminantes se encuentran con sorpresas en cualquier esquina.

    Por ejemplo un espléndido bailarín en la escultura Jeté, de Enzo Plazzotta, la imagen que encabeza este artículo o para quienes se interesan por la escultura conceptual, varias piezas de Henry Moore a orillas del Támesis, en un edificio residencial de altura moderada que cuenta con un café estilo italiano, Café Society,  con clientes que pueden ser turistas, oficinistas, vecinos, gente qué pasa trotando, gente que pasea el perro y quizá -no se sabe- alguno que otro espía que cruza el puente para tomar un café distinto al que tengan en el comedor de los servicios secretos.

    Tate Gallery, Londres ©El Exquisito

    Pero ir a Vauxhall es encontrarse con una grata recompensa que es una prolongación del puente: pasado y presente. Los ‘Pleasure Gardens’ de Vauxhall. En este lugar había habido desde 1660 un espacio de entretenimiento y comida, pero los Jardines propiamente fueron abiertos en 1729, por el empresario Jonathan Tyers, a precio de 1 chelín por entrada, considerablemente alta para la época.

    El siglo XVIII vio el auge de este tipo de espacios diseñados especialmente para el encuentro y esparcimiento de la aristocracia y las clases prósperas. Había arte, música, espectáculos de luz, bailes, globos aerostáticos, conversación, y escándalo también.

    A pesar de que el acceso era restringido, los pasadizos oscuros y algunos matorrales se prestaban para encuentros ilícitos, y Vauxhall tenía fama de que algunas señoritas aparentemente bien vestidas en realidad mostraban más de lo que tapaban. Una cortesana se presentó un día vestida únicamente con una bufanda y había bastante licor. El personaje Jos Sedley en la novela La Feria de las Vanidades de William Thackeray (1848) sufre una resaca de antología tras tomar demasiado ponche una noche en los Jardines.

    Como señal de contraste y mucho más vestido, entre 1730 y 1740, el compositor George Friedrich Handel, interpretaba habitualmente sus piezas en los Jardines. También se veía a personajes como Casanova, el escritor Samuel Pepys y el compositor italiano Giachino Rossini. El paisaje del lugar lo completó también, desde 1797 y durante 36 años, el Maestro de Ceremonias de los Jardines era CH Simpson, reconocido por su excesiva cortesía, reverencias muy elaboradas y a la vez lo divertido que era.

    El auge en Vauxhall fue decayendo y en 1859 los Jardines fueron cerrados. El fin de una era que no se ha repetido, como escribe la curadora Danielle Thom en este documento del Museo de Londres. La zona fue ocupada para distintos fines hasta que fue reabierto como el parque público que es actualmente.

    ©El Exquisito

    Hoy no se siente la grandeza de aquellas épocas pero sí retiene una de las mejores casas de té victorianas reconvertidas. En el día es café (sin café, más al respecto en esta nota de Viajes) y en la noche teatro: The Teahouse Theatre. Se sabe que se está en la gran capital británica cuando el programa de un mismo lugar se anuncia: debates quincenales, con mociones formalmente anunciadas previamente (en abril 2024: ‘Esta casa lamenta la introducción de VAR en el fútbol profesional’) y poesía poderosa e improvisación ‘Paper Tiger Poetry’.

    También, en invierno: una obra rusa: It is Not All Shrovetide for the Cat (No todo es carnaval para el gato), de Alexander Ostrovsky (1823-1886) y durante todo el año, jazz, jazz y jazz: sólo, con soul, con funk, con ópera.

    Noches de Shanties: música en vivo con canciones típicas de marineros, rimas, comida de mar, galletas de mar y diversión muy de marineros británicos; un coro para desafinados “cante como si nadie estuviera oyendo”, tardes de crochet, un menú que tiene un desayuno llamado ‘Palacio de Buckingham’ y teatro: Dorian Gray de Oscar Wilde, El sabueso de los Baskervilles, de Edgar Allan Poe y misterios de Navidad de Sherlock Holmes para cerrar el año.

    Así que, en Londres, bien vale un paso por Vauxhall. Irse preparado para ver un bailarín al aire y llevar efectivo si se quiere tomar té con descuento. Quienes tengan la habilidad llevarán las agujas del tejer. Y otros se le medirán a las clases de actuación en Tea House Theatre, de 7:00 a 10:00 de la noche los últimos domingos y lunes de abril: voz, canto, técnica de monólogos, hablar en público, estudio de escena y confianza.

    El programa se anuncia para “explorar el arte del drama europeo en un escenario inglés” y está a cargo de dos profesores georgianos: el Director Teatral Residente, Dimitry Devdariani y la cantante de jazz y terapeuta vocal Yuliana Green. Gran Bretaña unida a la Europa, Este y Oeste, en los Jardines de Vauxhall.

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