Una opción es llegar en tren desde Oporto. Portugal es un país generoso en muchas cosas, incluyendo gastronomía, vinos, música, nostalgia, cultura y belleza. También en paisajes. En esta parte del país, campos y montañas muy verdes, y un desfile de viñedos acompañan el trayecto directo hasta la estación de Braga.
Una de las características de la ciudad es su vitalidad: los estudiantes de la Universidad principal andan por todas partes, algunos de ellos vistiendo la tradicional toga según su nivel de estudios; la Plaza de la República y otras plazas del centro se enlazan entre calles llenas de sitios interesantes y un largo boulevard, la Avenida da Liberdade invita a un paseo largo con paradas en museos, tiendas, iglesias y alguna de las cafeterías más tradicionales en donde el ambiente parece de algunas décadas atrás pero la calidad es del día. El café más famoso de la ciudad es A Brasileira, fundado en 1907, y merece su visita, pero también es posible dejarse sorprender por alguno de los muchos otros sitios -dulcerías incluidas- escogido al azar.
La Sé (catedral) de la ciudad, es una de las más importantes y antiguas del país. La diócesis fue fundada hacia el siglo III, como centro para la iglesia cristiana del norte ibérico, incluyendo Galicia (hoy España). La construcción se inicio en el siglo XI, sufrió daños en por un terremoto en el XII y se estima que terminó en el siglo XIII. Tiene un museo abierto al público con una importante colección del tesoro religioso de la ciudad.