Braga, ciudad y 577 escalones

Braga, ciudad y 577 escalones
Detalle de una fuente en el centro de Braga © El Exquisito
Mesa Editorial / June 13, 2022
  • Con más de dos mil años de historia desde los tiempos romanos cuando era Bracara Augusta, esta ciudad del norte portugués es una de las más importantes para conocer en la península Ibérica. Es cierto que no basta un día para recorrerla pero incluso en un paseo de mañana y tarde la impresión es suficiente para quedar encantado y antojado de volver.

    Una opción es llegar en tren desde Oporto. Portugal es un país generoso en muchas cosas, incluyendo gastronomía, vinos, música, nostalgia, cultura y belleza. También en paisajes. En esta parte del país, campos y montañas muy verdes, y un desfile de viñedos acompañan el trayecto directo hasta la estación de Braga.

    Una de las características de la ciudad es su vitalidad: los estudiantes de la Universidad principal andan por todas partes, algunos de ellos vistiendo la tradicional toga según su nivel de estudios; la Plaza de la República y otras plazas del centro se enlazan entre calles llenas de sitios interesantes y un largo boulevard, la Avenida da Liberdade invita a un paseo largo con paradas en museos, tiendas, iglesias y alguna de las cafeterías más tradicionales en donde el ambiente parece de algunas décadas atrás pero la calidad es del día. El café más famoso de la ciudad es A Brasileira, fundado en 1907, y merece su visita, pero también es posible dejarse sorprender por alguno de los muchos otros sitios -dulcerías incluidas- escogido al azar.

    La (catedral) de la ciudad, es una de las más importantes y antiguas del país. La diócesis fue fundada hacia el siglo III, como centro para la iglesia cristiana del norte ibérico, incluyendo Galicia (hoy España). La construcción se inicio en el siglo XI, sufrió daños en por un terremoto en el XII y se estima que terminó en el siglo XIII. Tiene un museo abierto al público con una importante colección del tesoro religioso de la ciudad.

    Escaleras del Santuario Bom Jesus do Monte, Braga. © El Exquisito

    Por su parte, el santuario del Buen Jesús (Bom Jesus do Monte), a poco más de cuatro kilómetros del centro, es uno de los lugares más reconocidos en los alrededores de Braga. Sus orígenes se remontan unos seiscientos años atrás con los principios del santuario en la falda del monte Espinho, con evidencias de ermitas desde el siglo XIV.

    El templo fue inicialmente estilo renacentista, se terminó en 1725, pero tuvo que ser demolido por fallas en su estructura. El arquitecto Carlos Amarante fue encargado del diseño del edificio actual, estilo neoclásico, construido entre 1784 y 1811. Se puede llegar caminando o usando el funicular (140 años, pionero en toda la península ibérica) hasta el santuario, que consiste en un conjunto de escaleras en forma de zigzag perfectamente simétrico. El primer nivel es del Pórtico, con diez pequeñas capillas que evocan estaciones del Viacrucis, además de varias fuentes. Luego está el nivel de los Cinco Sentidos, que tiene varias fuentes y esculturas de personajes del Antiguo Testamento; después está el nivel de Virtudes, con fuentes, esculturas y las capillas de San Pedro y de María Magdalena; y por último, el nivel de la fuente del pelícano y un patio, antes de llegar a la basílica propiamente y a la capilla adyacente de la Elevación. En los alrededores, los jardines conectan con el paisaje natural del monte y con amplias vistas de Braga y alrededores.

    Jardines en Bom Jesus do Monte © El Exquisito

    El santuario tiene una vocación de peregrinación motivada en la Pasión de Cristo hasta la iglesia dedicada a la Santa Cruz, como un tránsito del mundo material al mundo espiritual. Todo el complejo fue declarado Patrimonio Mundial en 2019 y en palabras de sus directores, el Bom Jesus confirma la riqueza natural, arquitectónica y artística del lugar, así como su vocación “para elevar la humanidad a la sublimidad”. Un ascenso en 577 escalones que recompensa a todos los visitantes.