La autora incluye en el prefacio una cita de Historiae, del monje y cronista Radulphus Glaber (1028-49) sobre una era en la que “el mundo entero” se vestía de nuevas iglesias, con las reliquias de muchos santos y una expansión de la Cristiandad, pero su historia comienza siglos atrás, exactamente al caer la tarde un día de octubre en el año 312: Constantino en vísperas de un combate feroz, mira hacia el oeste y una visión de luz en forma de cruz potente determina la que Wells llama salida “de las sombras” del cristianismo, que pasa de ser perseguido (o tratado con indiferencia en algunos casos) a ser aceptado mientras Constantino manda y financia la construcción de numerosas basílicas – templos consagrados a Jesús, el Santísimo Salvador.
A partir de allí, y con un enfoque principal en las catedrales góticas, la autora examina cómo esos edificios magnificentes que se levantaron siglos atrás y que hoy se encuentran dispersos en ciudades y pueblos, “inspirando admiración, reverencia (…), ingenio artístico, ingeniería extraordinaria” exudan misterio y significado sagrada. Su tesis se basa en la idea conocida de que prácticamente todos los elementos constitutivos de estas catedrales fueron hechos a propósito doble: “todos eran un reconocimiento al Reino de Dios, aunque algunos lo eran también hacia reinos más terrenales (…) el estilo gótico se concibió como un ejemplo metafórico y físico de la Ciudad Celestial, la Jerusalén del cielo tras el Apocalipsis, como describe el Libro de las Revelaciones (21-22)”. Señala también cómo, quizá, no es coincidencia que el pasillo central de los templos se llame nave, aludiendo a un barco que transporta desde un mundo hacia otro reino, el de la vida eterna.
Hay que decir que la presentación de la autora en el Festival Literario de Oxford 2023 no fue particularmente destacada. Su exposición fue generalista, sin ahondar en sus hallazgos ni en el contenido central de su obra, en el concepto más profundo que vincula catedral-cielo-tierra como se podría haber esperado. A pesar de esto, y aunque hay tantos libros sobre iglesias medievales, su iconografía y simbolismo, el trabajo de Wells suma al conocimiento para nuevas generaciones de un pasado muy presente en estas iglesias que todavía se encuentran en pie sosteniendo un importante peso físico y espiritual.
La autora añade además algunos detalles menos conocidos, como por ejemplo las “visitas sobrenaturales” durante la construcción de algunas catedrales, como la del demonio en Colonia, cuya construcción se demoró alrededor de 600 años. En Hagia Sophia se habla de un divino eunuco y en otros lugares, de visiones de la Virgen María. Estas catedrales, en su primer milenio ya de historia, todavía tienen mucho para enseñar.