La pintura está incompleta, la luz es imperfecta, el cielo arriba se oscurece, el nacimiento no es visible, los colores palidecen. Pero el coro de ángeles canta, la Virgen se alcanza a divisar y los Reyes Magos acercan sus ofrendas. Una escena de Epifanía para apreciar con la imaginación en éste, uno de los frescos medievales en la basílica de San Salvador, parte del sorprendente complejo patrimonial de la ciudad italiana de Brescia, excelente ejemplo de arquitectura lombarda del siglo VIII, cuando el rey Desiderio fundó un monasterio en el año 753.