Hora de tomarse una Oriel
¿Calor?, ¿sed?, ¿deseo de algo original para celebrar?, ¿cansancio de las mismas bebidas de siempre? La solución está en Oriel, más concretamente en un sitio de Bucarest en donde curiosidad, pasión, gusto y buenas semillas se convierten en cerveza en pequeñas cantidades de altísima calidad.
Como muchas otras buenas historias, ésta comienza con dos amigos y un gusto en común: las cervezas belgas. En 2010, deciden empezar a hacer cerveza como pasatiempo, ensayando recetas, granos y barriles. Y con el tiempo, las creaciones amateur, entonces bajo el nombre de Uriel, empiezan a ganar premios en concursos europeos, en Rumania, Croacia, Hungría, Eslovenia o Bulgaria: todos países con excelente reputación cuando se trata de juzgar esta bebida. Los fundadores deciden entonces dar el paso formal y crear una microcervecería, hoy llamada Oriel, que continúa siendo independiente, con producción selecta y que evoca los nombre de arcángeles y sus cualidades: “paciencia, creatividad, sabiduría” en el arte y la ciencia. En su sitio web se puede encontrar toda la información sobre los tipos de cerveza que producen, que van desde la rubia más tradicional hasta una ‘salvaje’, pasando por otras que evocan ron, verano, invierno, cepas de vino, tipos de whisky, y hasta mora y vainilla. Sea cual sea el motivo u ocasión, recomendamos esta cervecería rumana para probar e inspirarse.
