Festejos públicos y privados se organizan para ‘Burns Night’, cenas y ‘ceilidhs’, reuniones sociales con música y bailes tradicionales, y particularmente en esta fecha, lecturas de textos escogidos entre los más de 700 títulos que escribió Burns antes de su muerte a los 37 años.
La noche invernal se llena entonces de poemas y canciones de Burns sobre la amistad, el buen humor, el carácter escocés, el paisaje, la bebida, la tristeza, la alegría y por supuesto, el terreno en el cual tanto vivió y padeció: el amor. La gente también recuerda sus sátiras al orden social establecido, la religión y los códigos morales, y los versos que recuentan las penurias que él observó alrededor y pasó también en carne propia. Todo, mientras se sirve haggis, un plato que requiere estómagos fuertes -aunque existen versiones ligeras y vegetarianas-, al cual Burns le dedicó un discurso y que es acompañado de ’tatties’ (papas/patatas) y ‘neeps’ (chirivías).