El curador principal de la exposición, profesor Nicholas Perkins, comienza indagando sobre el acto mismo de regalar y de recibir regalos. Las motivaciones, el tejido de mensajes expresos o subrepticios involucrados, las convenciones sociales observadas o ignoradas en el proceso. Todas, cuestiones que pueden ser exploradas en el contexto de libros y otras formas escritas.
Como explica el profesor: “[Los libros] pueden ser objetos costosos en sí mismos que desempeñan danzas sutiles de generosidad y jerarquía: recompensando algunas personas y excluyendo a otras, imponiendo cargas así como generando deleite. Pueden también ser modestos o personales, un libro disfrutado y luego compartido con un amigo”. Inclusive, agrega, un bono de regalo puede convertir ese bien producido masivamente en un regalo significativo.
El argumento que sigue es que el libro “no es inerte, produce un excedente que nos impulsa a dar también, mientras que algo de quien da queda inherente en lo que ha sido dado”. Entonces el libro y el acto de regalarlo, recibirlo y todo lo que pueda pasar después adquiere otros atributos que, en una especie de efecto continuado, van transmitiendo algo del espíritu de aquel que lo tuvo en sus manos por primera vez. Y esto es parte de la historia que se cuenta en doscientas páginas entre pergaminos, tabletas antiguas, manuscritos, telegramas, carteles publicitarios, muchos folios, algunas hojas de palma y algunas piezas electrónicas.
El itinerario que se encuentra el visitante-lector comienza con una mirada de milenios atrás hacia las relaciones entre humanos, dioses, mitologías y religiones tempranas, con registros en sumerio, hebreo, latín, griego y sánscrito. El acto de dar, recibir y la reciprocidad que entraña es un elemento fundacional de las sociedades pero los regalos que más las pueden transformar, para bien o para mal, para llenar de júbilo o de terror son los regalos que provienen de los dioses.