No obstante, el hecho es significativo y ha causado incertidumbre y pesadumbre que el señor Shaw reconoce, aunque también sin dramatismo confía en que el efecto sea temporal.
En entrevista para El Exquisito, explica: “Si algo hemos aprendido en los últimos años es que la política oficial puede cambiar radicalmente en un corto periodo de tiempo. No hay razón para imaginar que la política representada por Traditionis custodes será una excepción a este principio. Quienquiera que sea Papa en los próximos años, el papa Francisco o su sucesor tendrá que decidir si [la Carta] ha sido un éxito, si ha conseguido sus objetivos y si estos fueron bien considerados. Lo que verá es que ha causado toda suerte de dificultades: controversia, mala publicidad, división, acritud y la terminación de apostolados que estaban llevando de nuevo gente a la Fe, apoyando nuevas familias e inspirando vocaciones. Realmente no sé qué buenos resultados podría mostrar”.
El presidente afirma que no cree que, con el paso del tiempo, los papas decidirán consistentemente que la política de Traditionis custodes debe continuar: “Sé que algunas personas están fuertemente motivadas por un odio ideológico hacia la Misa Tradicional. Ellas están teniendo su momento de influencia ahora, pero son pocas, y cada vez menos. Las voces más cuerdas prevalecerán en el tiempo”.
Él anticipa que, en los próximos cinco años o menos, es posible que un Papa diga que Traditionis custodes ha sido “tan exitosa” que se puede devolver el poder a los obispos para permitir directamente la celebración de las misas tradicionales, y sería muy difícil objetar esa decisión. Esto, “por razones prácticas, restauraría el estado quo ante”. Los obispos, inclusive con la promulgación de Summorum Pontificum, han sido quienes han concedido los permisos en sus diócesis.
En el caso de Inglaterra y Gales, subraya el presidente, “estamos agradecidos con la gran mayoría de obispos por mantener una política que tiene en cuenta las realidades pastorales [y permitir las misas tradicionales]”, advirtiendo que, en su experiencia, el cardenal Roche y el Dicasterio, hasta el momento, no han “ejercido más presión” de la que ya tiene la cuestión; aunque admite que quizá él “esté teniendo un interés particular en el país” y esto pueda estar detrás de la decisión del cardenal Nichols, sin que se conozca con certeza, oficialmente, la razón. “Sabemos que muchos obispos en Inglaterra han estado pidiendo permisos para hacer estas celebraciones en sus parroquias. A algunos les han sido concedidos por dos años, presumiblemente renovables”.
El señor Shaw es enfático en señalar que sería equivocado sugerir que la situación actual “es más rígida en Inglaterra que en otros países”. En su país, claramente ha habido una falta de entusiasmo por aplicar con todo rigor Traditionis custodes. Y esto mismo ha sucedido en los Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania y muchos otros países. Inclusive en Roma, recuerda él, la Misa Tradicional se oficia diariamente y en dos iglesias los domingos. “Quizá esta actitud blanda es compartida por el mismo papa Francisco, en práctica aunque no en teoría”.
Las motivaciones, acciones y discrepancias personales del actual Obispo de Roma son tema aparte.