San Birino de Dorchester: admiración y protección

San Birino de Dorchester: admiración y protección
Iglesia católica San Birino, Dorchester, Inglaterra ©El Exquisito
Mesa Editorial / March 17, 2024
  • En Dorchester-upon-Thames, al sureste de Inglaterra, al terminar la calle principal, y hacia la derecha sobre una pequeña calle lateral, detrás de una muralla de piedra, se encuentra San Birino de Dorchester, una de las iglesias católicas más notables del Reino Unido.

    San Birino, Dorchester, Inglaterra ©El Exquisito

    Lo primero que se resalta es que la iglesia está dedicada precisamente al primer obispo que tuvo este poblado, en el siglo VII. Birino fue un monje, probablemente de origen lombardo, a quien el papa Honorio I le encargó en Roma, en el año 634, ir a Inglaterra a evangelizar a los sajones occidentales.

    Él convirtió al cristianismo al rey de Wessex, Cynegils, quien le otorgó Dorchester como sede episcopal. El obispo estableció otras fundaciones, incluyendo la de la iglesia que sería la base de la Catedral de Winchester, a donde serían trasladados sus restos y en donde se le tenía un culto importante.

    Birino murió en el año 650. Su santuario en Winchester fue destruido durante la Reforma Protestante, posiblemente en el año 1539. Ya en Dorchester, en 1535, había sido disuelta y posteriormente convertida en templo anglicano, la Abadía de san Pedro y san Pablo, fundada en el siglo XII en el sitio de aquella primera sede episcopal. El edificio no fue demolido, pero sí ha sido con los siglos despojado de mucho de su riqueza arquitectónica y religiosa original. Un monumento en honor al Santo se mantiene allí en una capilla lateral, aunque da una impresión de tremenda soledad en medio del austero ambiente alrededor.

    Por su parte, la iglesia católica de San Birino, que abrió sus puertas el 21 de agosto de 1849, es una construcción en piedra, y tiene un estilo gótico del siglo XIV perfectamente armonizado en un interior que causa inmediata admiración.

    Altar iglesia Sn. Birino, Dorchester ©El Exquisito

    Tiene dos vitrales, una pantalla pintada en azul y dorado, con las barandillas en blanco y negro bajo una cruz de gran tamaño, Cristo con estatuas de la Virgen y San Juan a cada costado.

    El presbiterio está hermosamente decorado, tiene una cornisa y paneles elaborados, fondos azules con estrellas doradas, y redondeles rojos con símbolos del papado. En el altar, al estilo inglés, el tabernáculo está ubicado en el centro con seis velas, y encima un crucifijo sobre un trono azul y dorado. Al pie de la barandilla que separa el presbiterio de la nave se encuentra un monumento a San Birino y un icono donado por la comunidad Ortodoxa con la imagen del bautismo del rey Cynegils de Wessex por San Birino en el río Támesis.

    Figura de S. Birino e Icono del Bautismo del rey Cynegils ©El Exquisito

    La construcción de la iglesia fue encargada en 1846 a William Wardell, arquitecto reconocido que se había convertido al Catolicismo tres años antes, adoptando el lema “He encontrado lo que buscaba”. Él también construyó otras iglesias en Inglaterra antes de emigrar a Australia en donde fue, entre otras cosas, el arquitecto de la insigne Catedral de Santa María en la ciudad de Sydney.

    Altar de la Virgen, San Birino ©El Exquisito

    El conjunto físico-espiritual de esta iglesia es el fruto de varios legados. El primero, la devoción a San Birino a quien se consagró la iglesia, que fue bendecida el 21 de agosto de 1849 por el entonces Vicario Apostólico William Bernard Ullathorne, quien fuera luego designado obispo de Birmingham tras el restablecimiento de la jerarquía católica en el Reino Unido en 1887.

    El segundo legado es la fe católica que se mantuvo viva en la región desde el siglo XVI a pesar de la persecución, los prejuicios y prohibiciones de la Iglesia Protestante dominante. Dorchester fue un centro de recusantes. Según escribía Michael Hodges en este artículo del periódico The Catholic Herald, admirando precisamente las obras de restauración en el templo, una misión católica se fundó en el pueblo posiblemente a finales del siglo XVIII, y una familia local de agricultores, los Davey, protegieron varios clérigos franceses que emigraron tras la Revolución.

    Placa en memoria de John y Elisabeth Davey ©El Exquisito

    Los Davey se convirtieron en benefactores de la nueva capilla que sería la base de la iglesia actual, en cuyo interior está fijada una placa en memoria de los benefactores John y Elizabeth Davey. Ellos también donaron los terrenos aledaños, incluyendo la casa de su propiedad que hoy funciona como Casa Cural.

    El tercer legado es uno recibido por el actual párroco, el padre John Osman, quien ha puesto tiempo y una herencia recibida al servicio de su parroquia, de la cual es titular desde el año 1994.

    Con generosidad, y acertada visión de su ministerio, ha hecho posible así las obras en la iglesia que han incluido adiciones y restauraciones que componen el magnífico estado actual. El padre Osman es un sacerdote que se convirtió del Anglicanismo al Catolicismo, ordenado en la abadía benedictina de Ampleforth en 1975. Es un hombre afable, de buen saludo y humor. También, muy importante, inteligente y conocedor de la fe que abrazó, de su credo y de su tradición.

    ©El Exquisito

    El padre Osman es buen predicador, ingenioso. Sus homilías pueden desconcertar inicialmente a quien no está familiarizado.

    En este primer trimestre de 2024, se le ha escuchado por ejemplo comenzar hablando de un castaño memorable que tuvieron que cortar definitivamente por enfermedad en el jardín adyacente, parte del terreno parroquial; también del cumpleaños del sacristán, o también sobre una petición de unirse al grupo de voluntarios que limpia la iglesia (durante la pandemia le tocó a él y al susodicho sacristán, y aún no se ha podido volver a conformar un contingente constante ni numeroso), y temas por el estilo pero tras los avisos, el Padre ha procedido con sólidos sermones sobre el significado de los domingos de Septuagésima, Sexagésima y Quincuagésima.

    Para el primer domingo de Cuaresma, a los fieles agolpados en la pequeña nave en donde resonaba ese día una Misa de Palestrina, el Padre habló del desierto y la tentación, para Jesús y para los creyentes hoy: “el desierto es el lugar del cual no podemos escapar… somos moralmente imperfectos…” En el desierto, simbólicamente, se encuentra uno frente a frente con la realidad. Habló del poder del pecado, de la duda, del materialismo, y subrayó convincentemente la necesidad de entender el sentido profundo del Padre Nuestro cuando se reza “y no nos dejes caer en tentación”.

    ©El Exquisito

    Después de la Comunión, un motete en honor a la Virgen, del compositor sevillano Juan Navarro (s.XVI) fue como una brisa esperanzadora. Para regocijo en tierras (y aguas) inglesas, y en todos los Cielos seguramente, el Padre Osman también celebra la Misa Cantada Tradicional los domingos, con la música a cargo del excelente Davey Consort. Esto, con la sabia venia del actual sucesor de aquel obispo Ullathorne, el señor arzobispo de la diócesis de Birmingham, Don Bernard Longley.

    Ambos prelados, por supuesto, sucesores a su vez de San Birino, en cuyo honor se encuentra también una imagen labrada en piedra en un nicho exterior sobre el muro oeste de la iglesia, sostenido por la imagen de un ángel y el rezo “Protege-nos”. En los tiempos actuales, ciertamente una pleglaria muy sentida que también hace rezar por la evangelización, ya no solamente a los sajones sino a todos los occidentales.

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