En el desfile de este año, una delegación de Polonia se presentó como símbolo de esa universalidad de Shakespeare, cuyas obras se empezaron a representar tempranamente en aquel país. Ya a comienzos del decenio de 1600 hay documentación en Gdansk y otros lugares del norte, en los cuales se habían asentado emigrantes ingleses por motivos religiosos y económicos, como explica la investigadora Annette Ormanczyk en este artículo con el sonoro título Szekspir po polsku. El interés por el autor inglés creció allí en 1700 y el rey mismo, Estanislao Augusto Poniatowski, tradujo fragmentos de Julio César del inglés al francés, y más tarde la princesa Isabella Czartoryska, fundadora del primer museo polaco, fue una “ávida coleccionista” que aprendió inglés para poder leer a Shakespeare en su lengua original.
En Shakespeare’s Birthplace, la casa paterna de Shakespeare, administrada por el Shakespeare Birthplace Trust, dos actores presentaron -con algunos visitantes como actores improvisados-, fragmentos de Hamlet y El Mercader de Venecia. Otras dos propiedades administradas por la organización, New Place y Anne Hathaway’s Cottage también tenían abiertas sus puertas para la ocasión. Hall’s Croft, la casa que fue de la hija de Shakespeare, Susanna, y su esposo John Hall; así como la finca que perteneció a la madre del autor, Mary Arden’s Farm, sin embargo, están cerradas al público.