“Solamente un padre”

“Solamente un padre”
©El Exquisito
Mesa Editorial / June 16, 2023
  • El escritor Edgar Albert Guest (1881-1959) nació en Inglaterra pero su familia se mudó a los Estados Unidos cuando él tenía diez años, en 1891. En el país americano se convertiría en un autor muy leído, especialmente en la primera mitad del siglo XX, llegando a ser el único Poeta Laureado que ha tenido el estado de Michigan. Hoy escogemos un poema suyo dedicado a su padre y cuyos versos resuenan en pleno siglo XXI, en donde la evocación de esas imágenes, que para muchas personas pueden ser tan ajenas en el contexto socio-familiar presente, los hace más relevantes todavía.

    Guest inició su carrera en 1895 en el Detroit Free Press. Lo ascendieron a escritor de crónica policial y luego editor, y en 1904 empezó a escribir poesía en una columna titulada Chaff que se convirtió en un artículo diario bajo el título Breakfast Table Chat, cuya popularidad fue tal que más de 300 periódicos nacionales compraron los derechos de reproducción en sus páginas. También tuvo un programa de radio durante once años y una serie de televisión para la cadena NBC.

    Alcanzó a escribir alrededor de once mil poemas en su vida. Su colección de versos A Heap O’Livin’, publicada en 1916, vendió más de un millón de copias. También publicó otros libros: Just Folks (1918), Rhythms of Childhood (1924), Life’s Highway (1933) y Living the Years (1949).

    Su poema Only a Dad, incluido en los archivos de The Poetry Foundation, es un poema sobre el auto-sacrificio hecho por amor paternal-filial. En sus líneas transcurre el diario vivir y sentir de un hombre y su familia, el trabajo, el esfuerzo, la persistencia, y la profunda relación de presencia y retorno. Y aquel que parece anónimo entre la multitud, se convierte, sin embargo, en un hombre único, especial, el mejor. En las líneas finales, Guest recoge ese homenaje conmovedor que subraya el rol particular de un padre en la vida de un hijo. La siguiente es una versión en español:

    “Solamente un padre, con el rostro cansado/ Regresando a casa del trajín diario
    Trayendo poco de oro o fama, /Para mostrar lo bien que ha jugado el juego,
    Pero feliz en su corazón porque los suyos se alegran/ Al verlo venir, y escuchar su voz.

    Solamente un padre, con una familia de cuatro,/ Uno entre diez millones de hombres o más.
    Perseverando a lo largo de la lucha diaria /Lidiando los golpes y scorns de la vida,
    Nunca con una queja de dolor u odio. /Por el bien de aquellos que esperan en el hogar.

    Solamente un padre, ni rico ni orgulloso, /Meramente uno entre la multitud creciente, que se asoma
    Laborando, esforzándose día a día /Enfrentando lo que sea que se venga,
    En silencio, siempre que los fuertes condenan, /Y aguantándolo todo por el amor de ellos.

    Solamente un padre, pero él lo da todo de sí /Para allanar el camino de sus pequeños hijos,
    Haciendo, con valentía, coraje, firmeza, /Los hechos que su padre hizo por él.
    Ésta es la línea que escribo para él, /Solamente un papá, pero el mejor de los hombres”.