Temporada de lavanda

Es cierto que los termómetros están en rojo, pero una buena parte del Mediterráneo está teñido de color morado y huele a perfume glorioso. Es la temporada de lavanda (Lavandula) entre finales de junio y agosto, que se recoge usualmente a partir de la segunda semana de julio, y aunque no se vende hoy por 100 denarios la libra (el salario de un mes de un campesino en tiempos romanos) continúa siendo muy apreciada.

Originaria del Viejo Mundo, se extendió por África, Asia y el subcontinente de la India. Se conocen por lo menos 28 especies de lavanda, aunque existen otras también, de características llamadas intermedias, sin una clasificación clara. La planta tiene múltiples usos: aromatizante, para cocina, para aceites, para productos medicinales, para infusiones, como ingrediente complementario para miel, pasteles y otros productos de repostería, y algunos licores. Se le usa también para remediar insomnio. Su proliferación, no obstante, ha sido problemática en algunos sitios de España, y en ciertas zonas de Australia en las cuales es tenida como invasiva. En Francia, de otro lado, se cultiva una de las lavandas más conocidas (L. stoechas), que forma los campos preciosos con los cuales se asocia típicamente la Provenza, en donde se hacen los tradicionales sachets rellenos de estas flores para aromatizar ropa y linos. Y por supuesto, los ramilletes conservados para decorar con fragancia el resto del año. Cuando todo hierve alrededor, ¡lavanda de verano!