El camino inglés: Walsingham

El camino inglés: Walsingham
Peregrinos en Walsingham ©El Exquisito
Mesa Editorial / September 8, 2023
  • “Fundado 1061, Destruido 1538, Restaurado 1897”. El cartel de bienvenida en el Santuario y Basílica de Our Lady (Nuestra Señora) en Walsingham, condado de Norfolk, es un retrato breve pero muy elocuente de la iglesia Católica en Gran Bretaña. Habla de devoción, persecución, prohibición, de renovación. De una historia particular de esplendor y ruinas, de desolación y esperanza. De caminos entre tiempos convulsos. Y éste es el camino recorrido por todas las personas que, el 27 de agosto 2023, acudieron al lugar para la Misa Solemne Tridentina organizada por la Latin Mass Society, Sociedad para la Misa Tradicional en Inglaterra y Gales (LMS).

    En los paraguas: "Un nuevo amanecer en la Iglesia" ©El Exquisito

    La Peregrinación de la Latin Mass Society empezó hace 14 años con 12 participantes y este año 2023 tuvo 200 inscritos, el número más alto registrado. Para la Misa solemne aquel domingo a las dos de la tarde, se sumaron participantes que hicieron un peregrinaje de un día desde Londres y otros que se acercaron desde distintas localidades. Independientemente del punto de partida, muchas personas recorrieron a pie el sendero ‘Pilgrim’s Way’, de un kilómetro y medio, hasta llegar al sitio del Santuario.

    Vista de Basílica-Santuario Our Lady, Walsingham ©El Exquisito

    Este es un sendero para prepararse antes del arribo y ceremonias, y para admiración: verdor, árboles acogedores e incluso algunos viñedos (!), en un combinación de llanura inglesa y un cielo que aquel día ofrecía un conjunto de plena luz de verano; aunque con algunas nubes, valga anticipar en este relato.

    Capilla Slipper, Basílica Nuestra Señora, Walsingham ©El Exquisito

    A la llegada, el visitante se encuentra con la Slipper Chapel, una capilla del siglo XIV, en donde está entronizada la imagen de Nuestra Señora. Para quien visita por primera vez, y especialmente para quien provenga de un país mayoritariamente católico, este es un momento para una sobria pausa, para meditar en la historia de este lugar santo.

    Aunque se dispone de poco material del periodo, en los documentos de la Basílica se explica cómo, de acuerdo con un texto conocido como Pynson Ballad (c. 1485), una mujer muy devota, Lady Richeldis de Faverches, tuvo una visión durante sus plegarias a la Virgen de construir una réplica, en Walsingham, en memoria perpetua de la Anunciación del Arcángel San Gabriel a María. Esa fue la fundación del santuario original que se puso a cargo de una comunidad religiosa. Hacia el año 1150, se fundó un Priorato de Monjes Agustinos y el lugar se convirtió en un importante sitio de peregrinaciones en el mundo cristiano.

    Del sitio original no queda nada.

    Salvo una marca en el prado, en el terreno de las ruinas de la Abadía, en el centro del pueblo.

    En 1538, durante la Reforma, el Priorato fue entregado a los Comisionados del rey Enrique VIII, y la famosa estatua fue enviada a Londres, en donde sería incinerada. Peregrinajes y devoción fueron suprimidos, aunque católicos ingleses continuaron congregándose en secreto.

    Tras la ley de Emancipación Católica en 1829, las “expresiones públicas de fe” fueron permitidas y en 1896, la señora Charlotte Pearson Boyd, anglicana conversa al Catolicismo, compró la Slipper Chapel, que era la última del camino que conducía al sitio original del santuario en Walsingham, y la restauró para el culto católico. Las visitas a Walsingham se incrementaron progresivamente y el 19 de agosto de 1934, con la participación de unos diez mil peregrinos, se declaró la Capilla Slipper como el Santuario Nacional de Nuestra Señora para los fieles católicos, ofreciendo la primera Misa, tras la Reforma, en este lugar.

    Imagen de la Virgen y Altar Capilla Slipper (detalle), Walsingham ©El Exquisito

    La estatua moderna se modeló de la manera más fielmente posible a la fuente medieval encontrada en una medalla circular de peregrino. Como también se lee en los documentos oficiales, la imagen en sí no es notable artísticamente pero inspira una mirada plácida y devoción.

    Altar para Misa Tradicional Walsingham ©El Exquisito

    La Virgen se encuentra sentada en la silla-trono de la sabiduría sobre la piedra del mal, con el Niño Jesús en su rodilla izquierda extendiendo su brazo derecho en señal de bendición y protección. En su mano derecha sostiene un centro con tres flores de lirio, señal de virginidad y soberanía.   Otros elementos complementan la simbología propia de la imagen mariana, como la corona y el arco superior en forma de arco iris que denota la alianza entre Dios y las criaturas vivientes.

    Actualmente, unas 150.000 personas provenientes de todo el mundo llegan a Walsingham cada año. Aquel domingo había un grupo numeroso de visitantes originarios del Sudeste Asiático. La oración que se reza habitualmente, y que se encuentra en muchas iglesias británicas, tanto católicas como anglo-católicas ruega por “la conversión de Inglaterra”, aunque en los tiempos que corren, sin duda muchas personas ruegan también por la conversión en países nominalmente católicos.

    La congregación antes de la Ceremonia ©El Exquisito

    En total, unas 400 personas se sumaron para la Misa que se ofreció en la adyacente Capilla de la Reconciliación. Esta es una construcción moderna con un diseño al estilo de un granero de techo elevado típico de este condado. Los arquitectos buscaron “combinar [con el claustro] la simplicidad de las fincas alrededor”, y esa es la impresión que da la Capilla, cuya estructura está sostenida con vigas de acero y el altar es de granito escocés, dentro del cual se sellaron reliquias de los santos Lorenzo de Roma, Tomás Becket y Tomás Moro.

    La Capilla tiene unos paneles movibles detrás del altar que se abren para las ceremonias con alta afluencia de participantes o, como aquel domingo, cuando en la disposición del altar para el oficio tradicional, la congregación se ubicó en las bancas al aire libre, en la misma dirección ad orientem hacia la cual oficiaría el sacerdote.

    Últimos preparativos antes de la Ceremonia ©El Exquisito

    Dada la logística de ceremonia semi-campal, la coincidencia de distintos grupos, edades, de que alrededor hay café, tienda y otros servicios, es admirable cómo, entre la 1:40 y 2:00 de la tarde, un ambiente de calma fue instalándose, mientras un ministro diligente ultimaba preparativos y recordaba a la congregación las condiciones para la Comunión: en estado de gracia, y de rodillas.

    La ceremonia fue oficiada -en perfecto latín-, por el padre Serafino Lanzetta, de la orden de los Marian Franciscans, quien estuvo acompañado por el padre Pio Idowu como subdiácono y otros miembros de la Orden. El diácono fue el padre Thomas Crean O.P., Dominico, quien dio previamente un cálido saludo de bienvenida.

    El padre Lanzetta hizo una homilía con un ligero acento continental, enfatizando en la gracia de la Virgen como “mediadora”, y la necesidad de “permitirle conocer” a quien le reza y sus necesidades. La música, propia de la liturgia de la Misa Votiva de la Virgen María fue excelente. El coro se posicionó al amparo de un árbol, flanqueando la Cruz, en una polifonía dirigida brillantemente por un joven director-peregrino, el señor Raul Fletcher.

    Procesión Walsingham ©El Exquisito

    Aquellas nubes mencionadas antes resultaron ser el presagio de un fortísimo aguacero que empezó en la última parte de la Misa, al cabo de la cual, muy al estilo inglés: sin drama, de cara a la tormenta, siguió, tal y como estaba previsto, la procesión hacia las ruinas de la Abadía. Conocidos y extraños, nacionales y extranjeros, veteranos y principiantes, asiduos y ocasionales, con traje ‘tweed’ y con poncho de plástico, calzados y descalzos, anduvieron unos tres cuartos de hora rezando y cantando en latín e inglés.

    Procesión Walsingham ©El Exquisito
    Peregrinos a caballo, Walsingham ©El Exquisito

    Algunas personas llevaban su Vademecum Peregrini, el manual-misal editado por la Latin Mass Society para los peregrinos. Adelante, el cortejo lo había encabezado el doctor Joseph Shaw, presidente de la Sociedad (y cantor en el coro), con su distintivo atavío en la ceremonia: sombrero de explorador, chaleco reflectivo, camisa blanca y una kilt escocesa con calcetines a juego.

    Mientras tanto, dos jóvenes acompañaron serenamente a caballo una parte del trayecto en la procesión.

    Devociones a la Virgen, Walsingham ©El Exquisito

    En las ruinas de la Abadía, en el lugar llamado ‘Holy House – England’s Nazareth’, la Santa Casa, el ‘Nazareth de Inglaterra’, el coro empezó a cantar las letanías de las Devociones a la Virgen.

    En perfecta fila -obviamente-, los fieles se acercaron para la adoración. El cielo empezó a aclararse un poco pero aquel día de ritual antiguo y conmovedor, la lluvia obró exaltando el caracter penitencial, solemne y enérgico de la Peregrinación y la Misa Tradicional en Walsingham. Acqua benedicta, aspersión necesitada universalmente.

    Sacerdotes y coro, Peregrinación Walsingham ©El Exquisito